Una vez más están sus pupilas aquí lejanas, odiosas, tediosas y aturdidas
dijo que nunca más
que reir valía la pena, reirse de las risas, jocosas, estridentes y absurdas...
pero se mordió la cola una vez más
Cristalizados y enrojecidos
lloraron con convulsiones
casi sin respirar
los ventanales se quebraron
Pero ¿qué más se puede esperar?
Se cortó la soga
se cayó el peso muerto para liberar
quemándose las manos una vez más
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